1993-1995 un calvario

Desde el año 93 hasta el 95 corría cada zancada con un cuchillo clavado en mi gluteo izquierdo, fue una tortura ya que coincidió con la época en la mejor competía (dentro de mi nivel que fueron las 11h37' y las 11h05' en Lanzarote 94 y 95). El nervio ciático me estaba volviendo loco pero era más la pasión que el dolor, pasión por lo que estaba haciendo. Los días de 45' pensaba que el dolor era un incomodo compañero de fatigas pero cuando te estás cascando 2h40' a pie en un entreno largo aquello rozaba lo insoportable. Nunca me consiguió hacer parar, mi coco tenía que ser más fuerte que mi dolor ciático. Esa molestia que sale del gemelo, te machaca , y sube como una enredadera hasta el glúteo puede hacerte sufrir más que cualquier otra cosa. Acababa los entrenos diciendo un ¡si! que me hacía pensar solo en el siguiente. Recuerdo aquellos 145k que hice a más de 34km/h lloviendo y metiendo más puertos de los que ya soy capaz de recordar, aquel día en el que hice 12.000m en el agua en sesión de mañana y tarde con 4x1000 entre 15'30'' y 16'00'' y los 16x400 por la tarde y el dolor agradable que sentía. Recuerdo el dolor de la pierna y era dolor, dolor por dentro, dolor que me machacaba el coco y que me hacía llorar. Dedicí parar, se acabaron los IM y me sirvió para encontrar la causa de aquel dolor. Sin medicos por medio, pensando cual era la causa y conseguí dar con ella. Desde entonces el dolor desapareció hasta hoy que sigue sin aparecer. Conseguí exterminarlo por completo y ya nunca me acuerdo del él, fue mi compañero mucho tiempo y no quiero volver a encontrarmelo nunca más. Foto: autoretrato con una camiseta que me regalo Fernando, uno de mis "niños".